París, Varsovia, Londres, Bruselas, Roma, Budapest, Ginebra, Barcelona… Cada año, entre Navidad y año nuevo, la comunidad de Taizé organiza un «Encuentro europeo» en una de las principales ciudades de Europa y de otros continentes, miles de jóvenes participan en esta “peregrinación de confianza”
Por invitación de la Archidiócesis y de otras iglesias cristianas de Valencia, la comunidad de Taizé preparó con las parroquias y las comunidades locales el 38º Encuentro Europeo Jóvenes, que se celebró en Valencia del 28 de diciembre de 2015 al 1 de enero de 2016
Miles de jóvenes fueron acogidos en casas particulares, en nuestra parroquia los feligreses acogimos a 75 jóvenes de muchas nacionalidades, ucranianos, eslovacos, suecos,alemanes, franceses…
Todo un acontecimiento que “revolucionó” por unos días nuestros hogares y nuestras actividades parroquiales.
Podríamos describir las actividades enriquecedoras que se realizaron que fueron muchas, pero queremos plasmar mejor la experiencia particular de las familias que acogieron a los peregrinos ya que la experiencia tan gozosa no puede quedar en el olvido.
Sin más preámbulos pasamos a relataros algunas experiencias:
.
Pablo Aranda
«Nos daba miedo, no sabíamos y ha salido todo muy bien»
Al principio de la organización del encuentro en el arciprestazgo con los sacerdotes había un desánimo general, lo veíamos imposible, y ya avanzada la organización teníamos solo diez peregrinos para acoger y la organización nos pedía cincuenta, lo veía imposible y un hermano de Taizé me dijo: » Tu no te preocupes que esto sale solo…» A continuación me dijo; «Cuando hay un buen equipo detrás…» Y yo digo si es que a lo mejor ese es el problema el equipo… La experiencia es que cuando llegamos a setenta ya no teníamos miedo si la organización nos pedía ochenta o cien estábamos dispuesto a todo, nos sobró sitio en todas partes.
Dar las gracias además de todas las familias de acogida a todas las demás personas que se volcaron en la parroquia, preparar la comida, las salas la acogida, estaban dispuestos a todo.
Y mi reflexión que me hago a mi mismo es al estar abiertos al espíritu como hemos estado en este encuentro nos daba miedo, no sabíamos y ha salido todo muy bien y hemos sido capaces todos de cambiar el ritmo de la Navidad, de reunirnos a las ocho de la mañana cuando estaban de vacaciones, de cambiar nuestra noche vieja por otra hacer cosa, nos han pedido misa a las 7:30 de la mañana y lo hemos tenido todo dispuesto.
Que nuestro corazón esté siempre dispuesto a los cambios, que dentro de un tiempo se nos presenta otra cosa, pues que podamos acogerla, que alguien nos propone hacer algo en la parroquia distinto pues estupendo, porque hacemos las cosas con miedo pero luego nos damos cuenta que esto nos da un fruto abundante.
Gracias a todos los que lo hicisteis posible, al equipo de Taizé, gracias a todos, hay personas que me dijeron que se quedaron con ganas de acoger pero ya era imposible. Se ha notado que somos una comunidad viva que quiere vivir la fe.
Taizé ya no es una palabra desconocida, es una palabra nuestra que la representa el Espíritu Santo y que nos alegra.
Gracias a todos.
.
Pablo Andreu
Mi experiencia de Taizé ha sido como un don. ¿Por qué?
Conocí Taizé dos o tres meses antes del encuentro en Valencia, mi párroco me llevo a una oración y me gustó mucho. Semanas después me pidió que fuera a una reunión informativa sobre el encuentro ya que ningún miembro del equipo de preparación de la parroquia podía acudir, y ya desde ese día me impliqué en esto de Taizé. En esta reunión, al hablar los voluntarios que vinieron para explicar el encuentro, no me llamó mucho la atención pues pensaba que el encuentro no sería gran cosa, pero después nos mostraron un video, en el cual pude ver la magnitud y la importancia de este encuentro: que no eran cuatro gatos que iban a venir sino 15.000 jóvenes de toda Europa. Durante las preparaciones en nuestra parroquia estábamos todos muy tranquilos pero a medida que se acercaba más la fecha del encuentro, ya estábamos, sobre todo yo, un poco más nerviosos. Este encuentro ha sido maravilloso para mí personalmente pues ha sido una manera de entregarme a los demás, a no vivir para mí mismo, a dar mi tiempo, mi esfuerzo, mi cansancio a unos peregrinos desconocidos, que algunos pasaron después a ser más que conocidos, que venían no solo de diferentes países sino de diferentes creencias; por ejemplo en nuestra parroquia teníamos no solo católicos sino también, protestantes y greco-católicos, y no nos importó aquello que nos diferenciaba sino, más bien, aquello que nos unía: Jesucristo.
Para preparar las oraciones de las mañanas estábamos preocupados pues no conocíamos bien los cantos, los acordes o el orden de las mismas, pero al final todo salió mejor de lo que esperábamos pues el Señor proveyó, pues algunos de nuestros peregrinos venían con instrumentos, una guitarra, una violín, y muchas chicas conocían los cantos y tenían muy buenas voces; no sólo nosotros sino también los peregrinos mismos se pusieron al servicio pues además de los cantos muchos de ellos aceptaban gustosamente participar de la oraciones en sus idiomas respectivos; y algo también impresionante fue ver a hermanos de nuestra parroquia, que sólo los conocía porque los veía en misa y nada más, como también ellos se han dado completamente en la acogida, en los desayunos-almuerzos que les preparábamos, limpiando el templo, etc.
Para mí este encuentro ha sido un encuentro de comunión y fraternidad en el cual, siendo de diferentes países, lenguas, costumbres… hemos estado en comunión para alabar a un mismo Señor: Un nuevo Pentecostés.
.
Raquel Bermell
“Hemos podido compartir nuestras experiencias de fe”
Taizé Valencia… tardado unos días en colgar la foto, los niños, las tareas…. pero no se podía demorar más.
Ante todo dar gracias al Señor por este regalo. Nos ha permitido ver que ha sido muy bueno, tener las puertas de mi casa abiertas a dos completos desconocidos, Andreas y Alexander, (alemanes). Hasta que no ha acabado no he sido consciente de eso de «peregrinación de confianza». Confianza en unos desconocidos, tanto los que acogemos como los acogidos. Hemos podido compartir nuestras experiencias de fe, nuestro día a día. La confianza que depositamos en el Señor, la han depositado acogedores y acogidos también.
Una experiencia que el Señor me ha permitido vivir, que no me lo cuenten. Y sobre todo, para nuestros hijos, encantados con ellos, de ver cómo compartíamos con esos desconocidos no sólo la mesa o la ducha, sino algo más.
Una vez más gracias Señor por empeñarte en mí, por querer encontrarte conmigo cada día haciéndote presente en el otro.
.
Sara Muñoz
“En el momento de silencio, solo había silencio”
Estos cuatro días podían haber llenado a cualquiera, no necesariamente tenías que ser cristiano para enriquecerte de esta situación. Es sorprendente la cantidad de jóvenes que se reunían en esas enormes carpas distribuidas por Valencia. Una de las cosas más difíciles en la vida es ponerse de acuerdo para algo y es impresionante que dentro de estas carpas hubiera gente de distintas ramas religiosas unidas por una sola causa, Dios. Gente de todo el mundo con creencias no del todo iguales y de distintas edades. Cada uno ponía lo mejor de sí mismo en estas oraciones, algunos cantaban, tocaban instrumentos, leían, traducían, etc. Una de las cosas que más me llamo la atención fue que en estas carpas habían miles de personas y en el momento de silencio, solo había silencio. Parece una tontería pero cualquier profesor al que preguntes podrá confirmar lo difícil que es hacer que 30 alumnos estén callados, así que si, es asombroso como toda esta gente cree en esta causa. Todos parecían disfrutar de todo, había momentos de oración, momentos en los talleres, con los amigos y con las familias de acogida.
Muchos nos quejábamos porque la navidad es tiempo de estar en familia, y acoger a gente que no conoces de nada en tu casa no es una idea del todo emocionante pero creo que podríamos preguntar a cualquier persona sobre la experiencia y ninguno podría decirte que no lo disfrutó, tanto los acogidos como los que acogimos.
.
Ramón y Lorena
«Estos días de convivencia nos han permitido reconocer la grandeza de la fe, de la oración y de la Iglesia»
Y ciertamente el Señor les estaba esperando aquí y no sólo a ellos, que participaron en las oraciones, sino a toda nuestra familia ya que nos permitió abrir las puertas de nuestra casa, ponernos al servicio y compartir nuestra comida y nuestras experiencias de fe.
Estos días de convivencia nos han permitido reconocer la grandeza de la fe, de la oración y de la Iglesia y sólo pido a Dios que podamos guardar esta experiencia en el corazón ya que seguro que Dios sacará de aquí aguas con gozo.
Cristina Planells
«Has llamado a mi puerta y he podido abrir»
Yo le pedí una cosa al Señor en este adviento: Que pudiera acogerlo en mi corazón, y Jesús me lo ha concedido, realmente he podido acoger a ángeles en mi casa, acogimos a cuatro polacos en nuestra casa y siempre nos decían «muchas gracias, muchas gracias» Y yo mi experiencia era que gracias a vosotros, porque has venido, has llamado a mi puerta y he podido abrir, y ha sido como poder abrir la puerta a Jesús. Muy cansada pero muy contenta por este servicio y de esa manera Jesús me ha abierto los ojos, estar al servicio, estar atenta a las necesidades de la parroquia, en casa a todo aquel que es distinto a mí, he servido a cuatro ángeles, estoy muy agradecida a este movimiento, porque me ha ayudado a salir de mí mismo.
.
Amalia
«Me cayeron del cielo»…
Porque estaba pasando una semana muy mal, me olvidé completamente de mis problemas, yo solo pensaba en ellas, una chicas buenísimas, educadísimas, las acompañaba al metro y yo sentía como si fuesen algo mío, me han dejado una huella en mi corazón que no me importaría volverlas a acoger otra vez, tengo que darle gracias a la parroquia, a ellas y a varias personas de comunidades que se han portado muy bien conmigo.
.
María Andrades.
«Esto ha marcado un antes y un después…»
Yo también estaba bastante mal y este acontecimiento ha sido «frescura para mi casa y para mi corazón» Estoy muy agradecida al Señor porque me ha permitido abrir las puertas de nuestra casa en mi pobreza y poder compartir con los jóvenes que siempre nos han dado una lección.
.
Fina Medina
«El Señor venía con los que llegaban»
Y los que llegaron se encontraron con el Señor también. Compartimos la fe, nos entendíamos muy bien. He visto que los primeros beneficiados hemos sido nosotros, los de la parroquia porque hemos tenido ocasión de tener encuentros que habitualmente no tenemos o tenemos esporádicamente, esta ha sido una semana muy intensa, cada uno haciendo una cosa incluso estando en casa teníamos un mismo espíritu, el Señor nos ha dado una misión en común como parroquia y esto ha sido para mí muy importante.
.
Manolo Mira
«Ni imaginarme la importancia que tenía»
Participé en varias reuniones y en la primera me tocó dar la experiencia de Cáritas, estaba completamente emocionado de ver que se cumplía la palabra del Señor con tantos hermanos y hermanas jóvenes de todas las razas pueblos y naciones..
Quedé muy contento de este encuentro.
.
Hna. Mercedes
Desde Tortosa con cuarenta hermanas estábamos presentes con vosotros
Llegué a la parroquia el 31 de diciembre, tenía muchas ganas de estar con vosotros y la noche del 31 lo disfruté, conocí a las seis chicas y dos chicos que las hermanas del colegio acogieron, majísimos, pero de todos los encuentros me quedo con la misa del día 1 de enero, fue maravillosa, yo estaba en el cielo, ver siete sacerdotes, dieciséis acólitos (los conté a todos) con esas túnicas blancas y esa ceremonia tan hermosa… Estas oraciones llegan a los jóvenes, nosotras somos «maestras de oración» y también rezan como santa Teresa «Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene nada le falta»…
.
Hna. Josefina
«Ellos nos dieron mucho mas»
Acogimos a un grupo de ocho jóvenes polacos maravillosos, nos admiró su profundidad espiritual,les dijimos que se acostaran pronto para estar a las 8 en la parroquia y nos dijeron que ellos se habían comprometido a escuchar misa a las 7:30 y a las 6 ya estaban levantados…
Nos dejaron un sentido de familia, de comunidad y de Iglesia, porque a pesar de culturas y ritos tan distintos para nosotras fue un ejemplo.
Ellos nos dieron mucho mas, nos dieron esa oportunidad de conocer a ese pueblo que ha sufrido tanto y sin embargo Dios está con ellos y tienen una fe muy arraigada.
Yo gocé mucho, seguí por televisión los encuentros en la catedral y ver esa forma de orar y ver a tantos jóvenes fue una experiencia de gozo.
La misa del dia 1 fue maravillosa, parecía la catedral o la basilica de San Pedro pero en pequeño, he gozado mucho.
.
Francisca
«Me saltaban las lágrimas y me emocioné»
Acogí a dos chicas estupendas y la primera reflexión es que hay jóvenes que a pesar de que están en otros países, con distinta cultura tienen las mismas inquietudes que nosotros y te das cuenta que no somos solos los jóvenes de mi parroquia sino que hay jóvenes de un montón de lugares que ni te imaginas.
Para mí fue una gran alegría, a mi me gusta mucho la fotografía y las dos compartían la misma afición por la fotografía sacamos un montón de fotos, de la parroquia de Valencia.
El último día en la despedida me dieron un beso y un abrazo y me saltaban las lágrimas y me emocioné.
Agradezco a Dios por haber podido acogerlas.
.
François (Voluntario francés)
«No puedo mas que decir que gracias por vuestra acogida»
He visto que aquí en Valencia la Iglesia está un poco mas viva que en mi pais, muchos mas jóvenes van a la Iglesia y comparten la vida de Iglesia que en otros países de acogida, por eso no puedo mas que decir que gracias por vuestra acogida.
.
Vicente Andreu
«Les saltaban las lágrimas solo al vernos sentados a la hora de la cena»
Nosotros acogimos a cinco chicas dos ucranianas y tres eslovacas. Una de las cosas que me llamó la atención es ver como a una de las chicas les saltaban las lágrimas solo al vernos sentados a la hora de la cena, como somos familia numerosa decía que nunca había visto a una familia tan grande alrededor de la mesa, ellas nos decían que se esperaban que iban a ser acogida por alguna familia sin hijos o un hombre o una mujer ya que esa es la realidad que viven en sus países de origen.
Ellas vivieron su espiritualidad en los encuentros pero en casa lo que compartimos con ellas fue nuestra alegría, les enseñamos a bailar la macarena, Paquito el chocolatero etc… Siempre terminábamos la cena con juegos y bailes… Eso es lo que se llevaron de nosotros además de la hospitalidad la alegría de una familia cristiana y nosotros un profundo agradecimiento al Señor por permitir acogerlo en la figura de estas peregrinas.
PULSA AQUÍ PARA VER MÁS DE 200 FOTOS DEL ENCUENTRO
.
.
.
ENE
