«Los monasterios tienen en el mundo una función muy valiosa, por no decir indispensable. Durante la Edad Media muchos de ellos fueron centros de saneamiento de territorios y zonas pantanosas, hoy sirven para sanear el ambiente en otro sentido; el ambiente que se respira en nuestras sociedades no es salubre, está contaminado por una mentalidad no cristiana e incluso ni tan siquiera humana, una mentalidad preocupada solo por los intereses económicos, de poder, por cosas terrenales, pero a la que falta la profunda dimensión espiritual de la persona. En semejante ambiente no sólo se aparta a Dios, sino que se margina al hombre, se utiliza al prójimo en beneficio propio y se olvida el valor del bien común por el cual ya casi nadie se preocupa.
El monasterio – por el contrario – es un lugar donde habita un modo peculiar de sociedad que pone en el centro a Dios y la fraternidad con los hermanos, la hospitalidad al prójimo y el bien común por encima del propio». Con estas palabras de Benedicto XVI resumimos la experiencia monástica breve pero intensa que tuvimos un grupo de jóvenes de la Parroquia los días 9 y 10 de pasado mes de agosto en el monasterio de Santa María Reina de Villanueva de Sigena (Huesca).Faltan palabras para describir lo vivido, pero nos dimos cuenta de cuánto necesitamos de la vida monástica en este tiempo en que vivimos.
Pedro
Algunas fotos de la Peregrinación a Sigena hechas por David y Lidia:
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