Con gran alegría estamos celebrando esta cincuentena pascual, y lo expresamos de diversas
formas, pero siempre con liturgias gozosas (comuniones, bodas, eucaristías, celebraciones
penitenciales, etc.).
También, los hermanos del Camino Neocatecumenal en la parroquia, saliendo a las Plazas los
domingos de Pascua, a las periferias como nos pide el Papa Francisco, para decir sólo una cosa:
que Cristo ha resucitado y está vivo y presente en su Iglesia; y queremos dar un signo visible
de esta victoria sobre la muerte: yendo juntos, siguiendo a Jesús con cánticos y palmas por las
calles de Torrente hasta la Plaza del metro, donde nos reunimos para rezar, cantar, predicar,
contar nuestra experiencia, dar gracias y bendecir al Señor con oraciones, salmos y bailes.
Porque sólo si la muerte ha sido vencida y ya no tiene poder sobre nosotros, se puede dar este
signo de comunión, de ser un solo corazón.
Estamos culminando esta Pascua y ya vemos la fiesta de Pentecostés, a la espera de recibir en
plenitud el Espíritu Santo. Pero es Jesús mismo quien nos ha precedido en Galilea a través de
su Espíritu, que ya estaba en la plaza aleteando sobre los que de antemano había escogido
para escucharnos. Sobre nosotros, que estamos yendo a lo mejor llenos de miedo, sabiendo
que seremos vistos por muchos conocidos, y eso quiere decir “descararse” por el Señor, decir
públicamente que vamos detrás de uno que fue crucificado, que fue “descartado”: Jesucristo.
Y esto no parece estar de moda hoy, precisamente.
Entonces, viene Jesús, que es buenísimo y nos quiere tanto, y nos precede con su Espíritu
Santo, nos da a probar ya esta victoria sobre todas nuestras muertes, para poder salir de la
comodidad, de los achaques y dolores físicos y espirituales, de nuestras tristezas. Necesitamos
el Espíritu Santo para poder salir al encuentro del otro. Y si no lo tenemos o nuestra fe está
debilitada, vamos también a la plaza, a recibir el Espíritu Santo y su fuerza a través de los
hermanos, de la alegría contagiosa, de los salmos, de la predicación que nos ayuda. Y porque
Jesús mismo nos dice: “Vosotros id a predicar, allí estaré yo”.
Y hemos verificado que esto es cierto, que mientras se da la comunión entre nosotros, y
contagiamos la alegría de ver a Jesús resucitado y actuante en nuestras vidas, aumenta nuestra
fe, desciende el Espíritu Santo sobre nosotros y sobre los que nos escuchan; y vemos también
que el Espíritu Santo mismo dice a nuestro espíritu que somos Hijos de Dios. Vamos cantando,
sí, pero con miedo; y volvemos siempre con plena alegría.
Nos queda sólo un domingo para poder mostrar en la plaza este acontecimiento: que un
hombre ha vuelto de la muerte y nos da a probar la victoria sobre todo lo que nos hace sufrir y
nos separa, sobre el miedo que todos tenemos a la muerte, a no ser amados. Y Cristo, que te
ha amado cuando le has abandonado, te sigue diciendo: “Yo te amo” y aquel miedo
desaparece y te invita al banquete, a la fiesta, a formar su Cuerpo, que es la Iglesia. Para que
puedas experimentar la alegría de la Salvación.
Aprovecha esta oportunidad, ninguno sabemos si el año próximo estaremos en Torrente o en
la Jerusalén celeste, pero todos estamos invitados a dar testimonio con nuestra sencilla
presencia de que es cierto: Cristo ha resucitado, y nos precede en Galilea.
La Paz.
PULSA AQUÍ PARA VER LAS FOTOS DEL DOMINGO 1º
PULSA AQUÍ PARA VER LAS FOTOS DEL DOMINGO 3º
PULSA AQUÍ PARA VER LAS FOTOS DEL DOMINGO 4º
PULSA AQUÍ PARA VER LAS FOTOS DEL DOMINGO 5º
MAY