40 AÑOS de vida del camino Neocatecumenal en nuestra Parroquia de la Sagrada Familia de Torrent, por pura Misericordia de nuestro Padre Dios y por la eficacia del ANUNCIO DE LA BUENA NOTICIA. Esto es lo que celebramos en este año 2017.
Cuando la Parroquia tan sólo llevaba unos 10 años de andadura, Don Juan Navarro, primer párroco, animado y apoyado por el Padre Gerardo a lo largo de muchos años, pidió las catequesis de adultos para la parroquia; era el año 1977. De esta primera catequización salió una pequeña comunidad, a la que cada año se iban uniendo nuevos hermanos, después de escuchar en las catequesis iniciales que Dios les amaba y decidir libremente iniciar, en comunidad el Itinerario de Renovación del Bautismo, Camino Neocatecumenal.
Hoy en la Primera Comunidad somos 45 hermanos, que cada día experimentamos la fidelidad de Dios y nuestra pobreza y pequeñez ante esta llamada del Señor: “ser comunidad como la Sagrada Familia de Nazaret, que viva en Humildad, Sencillez y Alabanza donde el otro es Cristo” . Fiados de su promesa y sostenidos por la Palabra de Dios, la Eucaristía y la Convivencia con los hermanos confiamos que el Señor terminará en nosotros la obra que comenzó.
Este modo de vida es el que la Virgen María inspiró a Kiko el 8 de diciembre de 1959.
Damos gracias a Dios por estos años de fidelidad, por su amor misericordioso que hace posible esta historia de salvación en cada uno nosotros y en nuestras familias.
Damos gracias a María que inspiró este Camino y nos muestra como dice el Evangelio de san Juan 2, 5: “Haced lo que Él os diga”.
Damos gracias a Dios por los iniciadores del Camino, por nuestros catequistas , por los párrocos.
Gracias Señor porque sigues llamando a muchos hermanos sedientos de amor, de Ti y el Camino sigue creciendo en esta Comunidad Parroquial, hasta ser hoy cinco comunidades.
Y como no darte gracias porque suscitas en nuestra Parroquia, a través de este Camino, por la acción del Espíritu Santo:
- Vocaciones al matrimonio vivido en la voluntad de Dios, abiertos a la vida, acogiendo a los hijos como un don de Dios.
- Vocaciones al sacerdocio, como presbíteros misioneros.
- Vocaciones a la vida consagrada.
- Suscitas carismas para participar en la misión de la Iglesia, en el servicio a los hermanos y como familias misioneras.
- Por todo ello Gracias.
“PROCLAMA MI ALMA LA GRANDEZA DEL SEÑOR
Y MI ESPÍRITU SE ALEGRA
EN DIOS MI SALVADOR”.
Nuestro deseo y nuestra oración es que el Señor haga de nuestra vida un canto de alabanza a Dios Padre, como María porque “El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres” Salmo 125,3
DIC