Peregrinación a Segart

 

Con motivo de la Pascua, el Camino Neocatecumenal de la parroquia hemos realizado una peregrinación mariana, para dar gracias a la Vírgen María por haber suscitado este carisma en la Iglesia Católica y en especial en nuestra parroquia, para agradecerle su generosa intercesión en el sostenimiento del Camino en el mundo y en Torrente.

Por ello, el pasado sábado 20 de Mayo, hermanos de todas las comunidades de la Sagrada Familia, nos pusimos en camino partiendo en autocar desde Torrente muy temprano. Algunos hermanos hicieron el recorrido en coches particulares y nos precedían en los lugares de encuentro claves. Íbamos de todas las comunidades y de todas las edades (niños, jóvenes y adultos).

La Peregrinación, si bien empezó para nosotros al subir en el autocar, consistiría propiamente en peregrinar, andando los que podían hacerlo, desde el monasterio de Santo Espíritu localizado en el pueblo de Gilet (enclavado en la comarca de Camp de Morvedre) hasta una Iglesia de la que María es titular situada en el pueblo cercano de Segart, en pleno Parque Natural de la Sierra Calderona de Valencia.

En autocar pues, nos dirigimos al Real Monasterio de Santo Espíritu de Gilet, donde, aproximadamente a las 9,30 de la mañana, estaba Pedro, nuestro querido párroco, esperándonos en la puerta para acogernos. Este monasterio es, con 4 siglos de historia, muy importante para la Iglesia y especialmente para la orden de los hermanos Franciscanos en Valencia y Provincia de Aragón y de hecho, fue constituido Casa de Noviciado y Colegio de Misioneros Apostólicos en un momento dado, y de aquí partían cientos de misioneros franciscanos a las misiones en América (más de 3.500 en total).

Nada más llegar, entramos en el templo, que contiene grandes tesoros artísticos. De hecho, antiquísimas pinturas forman parte del retablo mayor desde su restauración, destacando además una talla en madera de Cristo situado en el Coro. También grupos escultóricos tallados en madera policromada de artistas reconocidos que llaman la atención por su elevado realismo.

Nuestro párroco presidió la oración de los Laudes que concluyó con una sentida oración de acción de gracias a María, nuestra Madre, que inspiró el Camino neocatecumenal tras el Concilio Vaticano II, y nos impartió la bendición, en nombre de todos los que nos hemos encontrado con su Hijo Jesucristo a lo largo de este Itinerario de Fe que tantos frutos está dando en todo el mundo.

Concluida la oración, explicó brevemente la historia y la importancia del lugar donde nos encontrábamos y aprovechamos después para pasar a visitar el Claustro, que es una joya arquitectónica además de un remanso de paz, un lugar especial para el silencio y la meditación. Se concluyó en 1690, es de estilo renacentista y en el centro tiene un jardín en el que está el cactus más antiguo de Europa, traído por los frailes franciscanos de las colonias.

En 1896 falleció aquí, en este monasterio a donde se había retirado para practicar los ejercicios espirituales, San Enrique de Ossó, fundador de la Compañía de Santa Teresa (nuestras queridas hermanas teresianas).

Con este regalo partimos andando hacia nuestro destino: la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción de Segart, siguiendo las indicaciones del camino que pertenece al GR-10 (”autopista de senderismo”).

La experiencia ha sido magnífica. La distancia entre Santo Espíritu, situado en el término municipal de Gilet, y la Iglesia parroquial de la Purísima Concepción de Segart es, aproximadamente, de 5,5 Km. El primer tramo desde el monasterio fue ascendente y, para los que no estamos acostumbrados a realizar marchas, fue realmente duro en algunos momentos. No obstante, la alegría que llevábamos y los hermanos más preparados que nos iban animando, facilitaron mucho las cosas. La belleza del paisaje era magnífica. A medida que subíamos por la falda del monte Garbí el paisaje que contemplábamos era cada vez más bello. En algunos puntos se hacía angosto, de manera que, cuando nos cruzábamos con otros senderistas, teníamos que cedernos unos a otros el paso, pues dos no cabían.

Nos orientábamos por las marcas pintadas en las rocas, de colores blanco y rojo.

Por fin llegamos a un punto importante de nuestro recorrido: un enorme pino solitario, a cuyos pies existe un claro con piedras donde poder reposar. Allí retomamos fuerzas, bebimos en abundancia y, el que llevaba almuerzo lo tomó para recuperarse. Esperamos a los más rezagados, seguros de que, a partir de este momento, el camino iba a ser más fácil, según nos indicó Pedro antes de comenzar.

Desde el pino partimos ya por camino más llano, y en seguida estábamos ya caminando cuesta abajo. El camino era más ancho, y la belleza de los paisajes y las variedades forestales, impresionantes, un verdadero regalo para los sentidos. Aprovechamos la mejora de las condiciones para rezar el rosario mientras caminábamos alegres.

Por fin, divisamos a lo lejos el pueblo de Segart. Lo primero que llama la atención es el propio enclave: está, literalmente, enclaustrado entre montañas. De hecho, los cuatro picos que lo rodean, son cumbres conocidas por todos los senderistas de la Comunidad Valenciana. En el valle en el cual se asienta este pequeño pueblo de poco más de 100 habitantes, lo que impera es el silencio y la paz.

Pronto llegamos a nuestro destino: la Iglesia de la Purísima Concepción, ubicada en la misma calle mayor del pueblo. No es una iglesia grande, pero está muy bien conservada, debido a la restauración que experimentó hace unos 10 años. Nos detuvimos en la pequeñísima plaza que tiene delante la iglesia, y fueron a buscar al párroco, don Antonio, para que nos abriera, ya que la hora a la cual llegamos era aproximadamente las 13:45 y estaba cerrado el templo.

Mientras esperábamos a don Antonio, fuimos a refrescarnos en una fuente cercana. Segart tiene varias fuentes naturales que son muy conocidas por la pureza de sus aguas cristalinas. Nosotros fuimos a la Font del Llavaner que es donde, antiguamente, las mujeres lavaban la ropa. Justo encima, está construido el ayuntamiento del pueblo.

El agua era fresca y transparente. Aunque existe un cartel donde se lee “No apta para consumo”, lo cierto es que todos en el pueblo la toman, e igualmente vienen de pueblos cercanos a llenar garrafas. Del agua de estas fuentes, que viene directamente de la montaña, dicen que tiene importantes propiedades diuréticas.

Después, nos acogió Don Antonio en la Iglesia Parroquial, cuyo interior es realmente muy bello. Data de 1.802 y está muy bien documentada y se puede consultar en internet. Destacan algunas pequeñas joyas artísticas: la imagen de la Inmaculada Concepción que preside el altar mayor, un “Ecce Hommo” pintado sobre cristal mediante una curiosísima técnica pictórica, un Cristo tallado del siglo XVIII, etc.

Allí, descansamos y rezamos unos salmos, y elevamos nuestras oraciones de acción de gracias a la Santísima Virgen María y al Señor, así como varias peticiones por nosotros y nuestros hermanos ausentes y en especial, por las vocaciones que el Señor ha suscitado en la parroquia a través de este Camino.

La oración concluyó con la bendición por parte de Don D. Antonio, el querido párroco de Segart, quien se despidió de nosotros muy contento y deseándonos toda clase de dones para nosotros, nuestras familias y nuestra comunidad parroquial.

Por fin, en una plaza cercana, nos esperaba de nuevo el autocar que nos llevó de regreso al Monasterio de Santo Espíritu de Gilet. En las cercanías del monasterio existen unos comederos al aire libre, donde pudimos comer en unas mesitas de madera habilitadas para ello.

Después, los que quisimos, nos acercamos a tomar café o helado a la hospedería del monasterio, donde hay un silencio maravilloso. Allí reposamos brevemente la comida.

Posteriormente, alrededor de las 4 de la tarde, iniciamos en el autocar el camino de regreso, contentos por esta peregrinación que ha sido un verdadero regalo de Dios para todos nosotros, la oportunidad de darle gracias, por mediación de María nuestra madre, por el don recibido y tantas gracias en nuestra parroquia a través de este Camino de Fe, de redescubrimiento del bautismo.

Volvíamos deseosos de poder compartir esta experiencia con todos y animando a los que no pudisteis venir en esta ocasión, a intentarlo en el futuro, pues el Señor tiene previstas una serie de peregrinaciones para “removernos”, sacarnos de nuestras seguridades y ponernos en “camino de conversión”.

Pronto publicaremos el reportaje completo, os adelantamos una foto de grupo.

La Paz de Cristo Resucitado.

Jesús.

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