Comienza un nuevo año, y deseamos a todos nuestros familiares y amigos que 2019 esté lleno de bendiciones y alegrías, «que todo nos vaya bien». Decimos «Feliz Año Nuevo» pensando en un tiempo sin sobresaltos, en el que nada se mueva o altere, que sea como nos gustaría que fuese: un mar en calma. Sin embargo, nuestra realidad de cada día es que sufrimos aunque intentemos por todos los medios aparentar ser felices. Esto es justamente lo que Dios, nuestro Padre, quiere para cada uno de nosotros: que seamos felices, que tengamos Vida en abundancia, alegría, paz. Y es curioso que, para manifestarse al mundo, eligió hacerse hombre, hacerse carne humana, participar de nuestra naturaleza para hacernos partícipes de la suya, que es el Amor.
¿Qué sucede entonces? Si tanto nos ama Dios, ¿porqué permite el sufrimiento? ¿Porqué tantos desastres naturales, niños que sufren, mujeres maltratadas, familias que son deportadas…? Y más cercano a ti: ¿porqué no llegas a final de mes, o se ha separado tu hermano, o tu padre enfermó de cáncer? ¿Porqué Dios permite el sufrimiento, TU SUFRIMIENTO?
La respuesta al sufrimiento del hombre está sólo en Jesucristo, el Hijo amado del Padre, a quien no le evita la más ignominiosa forma de morir que existía en la época romana. Tan horrible y doloroso era ser crucificado, que ningún ciudadano romano merecía morir de esta manera, estaba reservado sólo a los descartados, a los herejes, a los enemigos del Pueblo. Y sin embargo, es precisamente la Cruz el camino elegido por nuestro Salvador Jesucristo para mostrar el Amor infinito del Padre.
Esto no nos entra en la cabeza, por eso necesitamos ser ayudados. ¿Acaso Dios no amaba a su querido Hijo? ¿Porqué, entonces, no le evitó tan terrible suplicio y morir como un malhechor? Cristo es el único Salvador del mundo, «ayer, hoy y siempre» y nos cuesta entender que eligiera entrar voluntariamente en la muerte para librarnos de ella. Jesús atraviesa la muerte, y nos libra de todas las esclavitudes que hoy nos atenazan, nos perdona nuestros pecados con su sangre derramada por amor, y nos muestra el Cielo abierto esperándonos. No, definitivamente esto nos cuesta entenderlo. ¿Qué relación tiene mi situación existencial de hoy con algo que sucedió hace dos mil años?
Pero Dios no nos abandona, y viene en tu ayuda a través de la Iglesia, a través de tu parroquia, mediante estas sorprendentes catequesis.
Si quieres respuesta a todas tus inquietudes, si tienes miedo al sufrimiento o a la muerte, si te sientes solo, cansado o agobiado, si no eres feliz, si quieres tener más fe… te invitamos a que escuches estas catequesis que a tantísimas personas han ayudado. No tienes que hacer nada, simplemente venir, a partir del 15 de enero, a los salones parroquiales, donde escucharás sin duda una palabra que te llenará de alegría, experimentarás verdaderamente el Amor de Dios en tu vida.
Pueden participar jóvenes desde los 14 años, y adultos de cualquier edad y condición. Las charlas se impartirán los martes y viernes a las 20,30 horas, y duran aproximadamente 1 hora.
(Entrada por San Valeriano 20)
¡Ánimo, tu vida puede cambiar, Cristo te llama para hacerte inmensamente feliz!
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